Darte cuenta si tienes el Síndrome de Estocolmo en la relación de Pareja- bien claro y explicado:
Amor y síndrome de Estocolmo: el misterio de amar a un maltratador o maltratadora fisica o psicologicamente:
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La gente a menudo se sorprende de sus propias condiciones y reacciones
psicológicas. Las personas con depresión a menudo se asombran cuando
recuerdan que han pensado en matarse. Los pacientes que se recuperan de
graves trastornos psiquiátricos se quedan atónitos al recordar sus
síntomas y conductas durante el episodio. Un paciente con trastorno
bipolar me dijo recientemente: "No puedo creer que pensara que puedo
cambiar el tiempo mediante telepatía mental" Una reacción común es: "¡No
puedo creer que yo hiciera eso!"
En la práctica clínica, algunas de las personas más sorprendidas son
aquellas que se han visto envueltas en una relación abusiva y
controladora. Cuando la relación termina, hacen comentarios como: "No sé
por qué, pero quiero que vuelva" o "Se qué suena a locura, pero le echo
de menos". Recientemente he escuchado: "No tiene sentido, él tiene una
nueva novia y la está maltratando también... pero estoy celosa" Los
amigos y familiares se quedan aún más sorprendidos cuando escuchan estos
comentarios o son testigos del regreso de un ser querido a una relación
abusiva. Mientras que la situación no tiene sentido desde un punto de
vista social, ¿tiene sentido desde un punto de vista psicológico? La
respuesta es sí.
El 23 de agosto de 1973, dos delincuentes armados con ametralladoras
entraron en un banco de Estocolmo, Suecia. Blandiendo su arma, un hombre
fugado de una prisión llamado Jan-Erik Olsson anunció a los aterrados
empleados del banco que "La fiesta acaba de empezar". Los dos
atracadores tomaron cuatro rehenes, tres mujeres y un hombres, durante
las 131 horas siguientes. Los rehenes permanecieron atados con dinamita
en una cámara acorazada del banco hasta que finalmente fueron rescatados
el día 28 de agosto.
Tras su rescate, los rehenes mostraron una actitud impactante, si
tenemos en cuenta que los habían amenazado, maltratado y temieron por
sus vidas durante unos 5 días. En sus entrevistas en la prensa fue
evidente que apoyaban a los secuestradores y temían a los agentes de la
ley que fueron en su rescate. Los rehenes habían llegado a pensar que
los secuestradores estaban en realidad protegiéndoles de la policía. Una
mujer mantuvo después una relación con uno de los criminales y otra
creó un fondo de defensa legal para ayudar con los gastos de la defensa.
Evidentemente, los rehenes habían creado un vínculo emocional con sus
secuestradores.
Mientras que el estado psicológico en situaciones de secuestro se conoce
como el "síndrome de Estocolmo" debido a la publicidad, el vínculo
emocional con los secuestradores es una historia familiar en psicología.
Se había observado muchos años antes y se encontró en estudios de otros
rehenes, prisioneros o situaciones abusivas como:
• Niños maltratados
• Mujeres maltratadas
• Prisioneros de guerra
• Miembros de sectas
• Víctimas de incesto
• Situaciones de secuestro criminal
• Prisioneros de campos de concentración
• Relaciones controladoras e intimidantes
En un análisis final, el vínculo emocional con el maltratador es en
realidad una estrategia de supervivencia para víctimas de abuso e
intimidación. El síndrome de Estocolmo en situaciones de secuestro o
abuso se conoce tan bien en estos tiempos, que los negociadores de la
policía no lo ven ya como inusual. De hecho, a menudo se promueve porque
aumenta las oportunidades de supervivencia de los rehenes. Por otro
lado, implica que los rehenes que experimentan un síndrome de Estocolmo
no cooperarán demasiado en el rescate o proceso judicial. El personal
policial ha reconocido desde hace tiempo este síndrome en mujeres
maltratadas que se niegan a presentar cargos, pagan las fianzas de sus
maridos o novios e incluso atacan físicamente a los agentes de policía
cuando llegan para rescatarlas de un ataque violento.
El síndrome de Estocolmo puede también encontrarse en relaciones
familiares, románticas o interpersonales. El maltratador puede ser un
marido o esposa, novia o novio, padre o madre y cualquier otro rol en el
que el maltratador esté en una posición de control o autoridad.
Es importante entender los componentes del síndrome de Estocolmo
relacionados con las relaciones abusivas y controladoras. Una vez que el
síndrome se comprende, es más fácil entender por qué las víctimas
apoyan, aman o incluso defienden a sus maltratadores.
Cada síndrome consta de síntomas y conductas y el síndrome de Estocolmo
no es una excepción. Mientras que no se ha establecido una lista
definida debido a la variedad de opiniones entre los investigadores y
expertos, varios de estos rasgos estarán presentes:
• Sentimientos positivos de la víctima hacia el abusador/controlador
• Sentimientos negativos de la víctima hacia familiares, amigos, o
autoridades que tratan de rescatarlos o apoyarlos en su liberación
• Apoyo a las conductas y sentimientos del abusador
• Sentimientos positivos del abusador hacia la víctima
• Conductas de apoyo de la víctima, a veces ayudando al abusador
• Incapacidad para llevar a cabo comportamientos que podrían ayudarla en su liberación o desapego
El síndrome de Estocolmo no ocurre en cada situación de secuestro o
abuso. En otro atraco a un banco con rehenes, tras aterrorizar a
empleados y jefes durante horas, un francotirador de la policía disparó e
hirió al atracador. Después de caer al suelo, dos mujeres lo levantaron
y lo llevaron a la ventana para que le disparan de nuevo. Como puede
verse, están implicados factores como el tiempo expuesto al
abuso/control y otros.
Se ha visto que cuatro situaciones o condiciones están presentes y
sirven como base del desarrollo del síndrome de Estocolmo. Estas cuatro
situaciones pueden encontrarse en casos de secuestro, abuso severo y
relaciones abusivas:
• La percepción de una amenaza a la supervivencia física o psicológica y
la creencia de que el abusador llevará a cabo la amenaza.
• La percepción de cierta amabilidad del abusador hacia la víctima.
• Ausencia de un punto de vista diferente al del abusador.
• La percepción de la incapacidad de escapar de la situación.
Al considerar cada situación, podemos entender cómo el síndrome de
Estocolmo se desarrolla en las relaciones románticas así como en
situaciones de secuestro. Veamos cada una de las situaciones.
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La percepción de una amenaza a la supervivencia física o psicológica
La percepción de una amenaza puede formarse por métodos directos,
indirectos o de testigos. Las personas antisociales o criminales pueden
amenazar tu vida o la de amigos y familiares directamente. Sus
antecedentes de violencia nos hacen pensar que el
secuestrador/controlador puede llevar a cabo su amenaza de manera
directa si no cumplimos sus exigencias. El abusador nos asegura que sólo
nuestra cooperación mantendrá a salvo a nuestros seres queridos.
Indirectamente, el abusador/controlador amenaza sutilmente con que nunca
podrás dejarlo ni tener otras parejas, recordándote que en el pasado
hay gente que lo ha pagado caro por no atenerse a sus deseos. A menudo
hace insinuaciones como: "Conozco gente que puede hacer que otros
desaparezcan". Las amenazas indirectas proceden también de las historias
que cuenta: cómo se vengó de aquellos que lo han hecho enfadar en el
pasado. Estas historias de venganza las cuenta para que la víctima sepa
que la venganza es posible si se marcha.
Ser testigo de violencia o amenaza supone también una amenaza percibida.
Ser testigo de un estallido violento dirigido a un televisor, a otras
personas en la carretera o una tercera persona nos envían el mensaje de
que podemos ser el siguiente objetivo de un acto violento.
La percepción de "un pequeño gesto amabilidad"
En situaciones de amenaza y supervivencia, buscamos evidencias de
esperanza, un pequeño signo de que la situación puede mejorar. Cuando el
abusador/controlador muestra a la víctima cierto grado de amabilidad,
la víctima lo interpreta como un rasgo positivo del secuestrador. En
situaciones de secuestro criminal o de guerra, a menudo es suficiente
con dejar a la víctima vivir. Conductas nimias como dejarlos que vayan
al lavabo o proporcionarles agua y alimentos son suficientes para
fortalecer el síndrome de Estocolmo en los rehenes.
En las relaciones de pareja con abusadores, una tarjeta de cumpleaños,
un regalo (generalmente tras un periodo de abuso) o un trato especial se
interpreta no sólo como algo positivo, sino como una evidencia de que
el abusador no es tan malo y puede corregir su conducta en algún
momento. Los abusadores y controladores a veces son vistos de manera
positiva por no abusar de su pareja en ciertas situaciones en que suele
abusar verbal o físicamente de ella. Una pareja agresiva y celosa puede
mostrase intimidante y abusiva en ciertas situaciones sociales, como
cuando un compañero de trabajo del sexo opuesto hace un gesto de saludo
entre la multitud. Tras ver el saludo, la víctima espera el abuso verbal
y cuando no sucede, interpreta de manera positiva ese "pequeño gesto de
amabilidad".
Algo similar sucede con la percepción del "lado blando". A lo largo de
la relación, el abusador/maltratador puede compartir información acerca
de su pasado: cómo lo maltrataron, abandonaron o abusaron de él o ella.
La víctima empieza a pensar que el abusador puede ser capaz de corregir
su conducta o, aún peor, ver al abusador como una víctima. Puede
desarrollar compasión hacia el abusador y a menudo escuchamos a la
víctima con síndrome de Estocolmo defender a su secuestrador ("Ya sé que
me rompió la mandíbula y las costillas, pero tiene problemas. tuvo una
infancia terrible"). Los maltratadores pueden admitir que necesitan
ayuda psiquiátrica o reconocer que están mentalmente perturbados. Sin
embargo, casi siempre sucede después de haber abusado o intimidado a la
víctima. Este reconocimiento es un modo de negar la responsabilidad por
el abuso. En realidad, los criminales y personas con trastornos de
personalidad han aprendido a través de los años que pueden minimizar la
responsabilidad personal por sus conductas abusivas o violentas si echan
la culpa a su mala crianza, abuso en la infancia y, ahora, los
videojuegos. Un asesino culpo a la "comida basura" de su comportamiento.
Aunque puede ser cierto que el abusador/controlador tuviera una
infancia difícil, mostrar compasión por su historia no produce cambios
en su conducta y, de hecho, prolonga el intervalo de tiempo en que serás
víctima de abusos. Aunque las historias tristes siempre están incluidas
entre sus disculpas (tras el maltrato) su comportamiento nunca cambia.
Ten en cuenta que una vez que dejen de ablandarte sus historias tristes
buscará otro método.
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Ausencia de otra perspectiva diferente a la del abusador
En las relaciones de abuso y control, las víctimas tienen la sensación
de andar siempre "con pies de plomo", temerosas de decir o hacer algo
que pudiera dar lugar a un estallido de violencia. Para sobrevivir,
comienzan a ver el mundo desde la perspectiva del abusador. Empiezan a
arreglar las cosas que podrían dar lugar a un estallido, actúan de modos
que saben que agradarán al abusador o evitan aspectos de sus propias
vidas que podrían causar un problema. Si sólo tenemos una moneda en el
bolsillo, entonces la mayoría de nuestras decisiones se convierten en
decisiones financieras. Si nuestra pareja es un abusador o controlador,
entonces la mayoría de nuestras acciones están basadas en nuestra
percepción de la posible reacción del abusador. Empezamos a centrarnos
en las necesidades, deseos y hábitos del abusador/controlador.
La adopción del punto de vista del abusador puede ser tan intensa que la
víctima siente rabia hacia aquellos que intentan ayudarla. El abusador
ya estaba enfadado y resentido con cualquiera que pudiera proporcionar
apoyo a la víctima, y por lo general utiliza múltiples métodos y
manipulación para aislar a la víctima de los demás. Cualquier contacto
que la víctima tenga con personas que la apoyan es recibido con
acusaciones, amenazas o estallidos violentos. Entonces las víctimas se
alejan de sus familias, temiendo que el contacto familiar pueda provocar
abuso adicional y violencia en la casa. En este punto, las víctimas
reniegan de sus padres y amigos, diciéndoles que no llamen y dejen de
interferir y rompen la comunicación con otros. De acuerdo con el
abusador/controlador, empieza a verlos como personas que causan
problemas y hay que evitar. Muchas víctimas amenazan con denunciar a sus
familias y amistades si continúan "interfiriendo" o tratan de ayudar a
la víctima en su situación. Si una llamada casual de su madre da lugar a
un estallido temperamental de dos horas de duración con amenazas y
acusaciones, la víctima se da cuenta de que es más seguro si su madre
deja de llamar. Si simplemente decirle que deje de llamar no es
suficiente, la víctima puede, por su propia seguridad, acusarla de
intentar arruinar la relación y exigir que no llame más.
En casos severos de síndrome de Estocolmo en la relación, la víctima
puede tener problemas para dejar al abusador y puede pensar que la
situación abusiva es culpa suya. Durante intervenciones policiales, la
víctima puede pensar que la detención de su pareja por abuso físico es
culpa de ella. Algunas mujeres permiten que los servicios sociales se
lleven a sus hijos antes que romper la relación con su maltratador. Dado
que adoptan la perspectiva del abusador, los niños cometieron un error:
se quejaron de la situación, llamaron la atención de las autoridades y
pusieron en peligro la relación de los adultos. Por desgracia, los niños
llegan a convertirse en una amenaza para la seguridad de la víctima.
Para quienes padecen el síndrome de Estocolmo, permitir que se lleven a
los niños de la casa disminuye su estrés y proporciona un ambiente más
sano emocional y físicamente para los niños.
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Percepción de una incapacidad para escapar
En el caso de un rehén de un atraco a un banco, amenazado por
delincuentes armados, es fácil entender que perciba una incapacidad de
escapar. En las relaciones de pareja, la creencia de que no se puede
escapar es también común. Muchas relaciones de abuso y control
consideran que el vínculo debe existir hasta que la muerte los separe,
atados juntos por temas mutuos financieros, mutuo conocimiento íntimo o
situaciones legales. Las siguientes son algunas situaciones comunes:
Las parejas controladoras han contraído deudas hasta un punto en que
ninguno de los dos puede sobrevivir por sí mismo. Los controladores que
sospechan que su pareja puede marcharse, a menudo compran un nuevo
automóvil, alegando después que no pueden pagar una pensión alimenticia
debido a sus facturas.
La ruptura legal de una relación, especialmente una matrimonio, a menudo
da lugar a problemas importantes. Un controlador que gane dinero negro o
se mantenga gracias a negocios no muy legales corre el riesgo de que
sus fuentes de ingreso se ven investigadas o se hagan públicas durante
el divorcio. En estos casos, el abusador se vuelve más ansioso por la
posibilidad de exposición pública de sus negocios que por la pérdida de
la relación.
Los controladores a menudo recurren a amenazas extremas, como llevarse a
los niños fuera de la ciudad, dejar su trabajo antes que pagar la
pensión, exposición pública de temas personales de la víctima o asegurar
a la víctima que nunca podrá vivir tranquila debido a su continua
acoso. En casos graves, el controlador puede amenazar con llevar a cabo
una acción que impida a la víctima mantenerse, como "haré que pierdas tu
trabajo" o "quemaré tu coche".
A menudo los controladores mantienen a la víctima en la relación por
medio de la culpa (amenazando con suicidarse si la víctima se marcha).
La víctima puede sentirse quemada y demasiado deprimida para marcharse.
Adicionalmente, los abusadores y controladores a menudo crean una
dependencia mediante el control de los ingresos, poniendo los vehículos y
casas a su nombre y eliminando cualquier recurso que la víctima pueda
utilizar para marcharse. En mi práctica clínica he escuchado a veces:
"Me marcharía, pero ni siquiera puedo sacar dinero de la cuenta. No
conozco las claves".
En adolescentes y adultos jóvenes, las víctimas pueden sentirse atraídas
por una persona controladora si se consideran inexpertos, inseguros o
abrumados por cambios en sus vidas. Cuando los padres atraviesan un
divorcio, los adolescente puede mantener una relación con un individuo
controlador que les promete ayudarles a sobrevivir lejos de casa.
En las relaciones malsanas y, sobre todo, el el síndrome de Estocolmo,
existe una preocupación diaria con los "problemas". Un problema es
cualquier persona, grupo, situación, comentario, mirada casual o comida
fría que pudiera producir un estallido emocional o abuso verbal por
parte del controlador o abusador. Para sobrevivir, hay que evitar los
problemas a toda costa. La víctima debe controlar las situaciones que
causan problemas. Eso puede incluir evitar familiares, amigos,
compañeros de trabajo, y cualquiera que pueda crear un "problema" en la
relación abusiva. La víctima no odia a los amigos o familiares; sólo
está evitando problemas. La víctima también limpia la casa, calma a los
niños, comprueba el correo, evita ciertos temas y anticipa cada tema del
maltratador para evitar problemas. En estas situaciones, los niños
ruidosos son un problema. Los seres queridos y amigos son una fuente de
problemas para la víctima que está intentando evitar la agresión física o
verbal.
El síndrome de Estocolmo en las relaciones no es infrecuente. Los
agentes de la policía son dolorosamente conscientes de esta situación
(las llamadas por disputas domésticas son llamadas de alto riesgo
durante el trabajo). Cuando los llaman los vecinos durante un incidente
de abuso, el maltratador se muestra pasivo al llegar la policía,
mientras la pareja maltratada amenaza a los policías si su pareja es
arrestada por violencia doméstica. En realidad, las víctimas saben que
el maltratador se vengará si 1) promueven el arresto, 2) describen el
abuso/pelea de modos que el abusador considera como traición, 3) no
pagan sus fianzas lo antes posible, y 4) no se disculpan personalmente
por la situación (como si fuera culpa suya).
El síndrome de Estocolmo produce un vínculo malsano con el controlador o
abusador. Esa es la razón por la que muchas víctimas continúan apoyando
al maltratador y se muestran compasivas con alguien que ha abusado de
ellas psicológica y, en ocasiones, físicamente.
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¿Hay alguien más implicado?
En pocas palabras: ¡sí! A lo largo de la historia, la gente ha apoyado y
participado en situaciones que van de abusivas a bizarras. Al empujar a
otros a participar en dichas situaciones, está claro que han
desarrollado sentimientos y actitudes que apoyan su participación. Un
modo en que estos sentimientos y actitudes se desarrollan recibe el
nombre de "disonancia cognitiva".
La disonancia cognitiva explica cómo y por qué las personas cambian sus
ideas y opiniones para apoyar situaciones que no son sanas, positivas y
normales. Según esta teoría, las personas tratan de reducir la
información u opiniones que les hacen sentir incómodos. Cuando tenemos
dos grupos de cogniciones (conocimientos, opiniones, información de
otros, etc.) que son opuestas, la situación se vuelve emocionalmente
incómoda. Incluso aunque podamos encontrarnos en una situación absurda o
difícil, pocos quieren admitir ese hecho. Por el contrario, tratamos de
reducir la disonancia (el hecho de que nuestras cogniciones no encajan,
no están de acuerdo o no tiene sentido cuando se combinan). La
disonancia cognitiva puede reducirse añadiendo nuevas cogniciones
(añadiendo nuevos pensamientos y actitudes). Algunos ejemplos:
Los fumadores saben que fumar produce cáncer de pulmón y supone un
riesgo para la salud. Para seguir fumando, el fumador cambia sus
cogniciones: 1) ahora fumo menos que hace 10 años, 2) estoy fumando
cigarrillos bajos en alquitrán, 3) esas estadísticas están echas por la
conspiración de la industria del cáncer, 4) de algo hay que morirse.
Estas nuevas cogniciones/actitudes les permiten seguir fumando y culpar a
los restaurantes por ser injustos.
Compras un vehículo por 40.000 dólares que gasta una gran cantidad de
combustible. Justificas el gasto con: 1) es perfecto para viajar (sólo
haces un viaje al año), 2) puedo usarlo para transportar cosas (una mesa
de café en 12 meses), 3) puedes llevar mucha gente en él (el 95% de las
veces vas solo).
Tu marido o novio se vuelve abusivo. No puedes dejarlo debido al dinero,
niños u otros factores. Debido a la disonancia cognitiva, puedes
empezar a pensar: 1) en realidad sólo me golpea con la palma de la mano,
2) ha tenido demasiado estrés en el trabajo.
Leon Festinger creó la expresión "disonancia cognitiva". Había observado
una secta (1956) en la que los miembros dejaban sus casas, ingresos y
empleos para trabajar para la secta. Esta secta creía en mensajes
procedentes del espacio exterior que predecían el día en que el mundo
acabaría debido a una inundación. Como miembros de la secta, creían que
podrían salvarse si escapaban en naves espaciales en la fecha señalada.
Conforme se reunían y esperaban ser rescatados por los ovnis, la hora
del fin del mundo llegó y pasó. Ni inundaciones ni platillos volantes.
En vez de creer que los habían engañado, tras toda su implicación
emocional y financiera decidieron pensar que sus creencias habían
salvado al mundo y continuaron manteniendolas después del fracaso de la
profecía. La moraleja: cuando más inviertas (dinero, trabajo, casa,
tiempo, esfuerzo, etc.) con más fuerza necesitarás justificar tu
posición. Si invertimos 5 dólares en un billete de lotería, justificas
su pérdida con un "ya ganaré la próxima vez". Si inviertes todo lo que
tienes, hace falta una creencia casi irracional y una actitud inusual
para apoyar y justificar esa inversión.
Los estudios indican que somos más leales y comprometidos con algo que
es difícil, incómodo e incluso humillante. Los rituales de iniciación de
fraternidades universitarias, marines, etc. producen individuos leales y
comprometidos. Casi cualquier experiencia dura crea un vínculo. Cada
pareja, no importa lo poco que encajen, se enamoran en el cine después
ser atacados por terroristas, acosados por asesinos, quedarse atrapados
en una isla o ser secuestrados por extraterrestres. La inversión y la
dura experiencia son los ingredientes de un vínculo intenso, incluso si
ese vínculo es malsano. Nadie se enamora por ser miembros de un club
automovilístico o musical. Pero si están luchando por sobrevivir en una
isla desierta... !puedes apostar!
Las relaciones abusivas producen una gran cantidad de inversión malsana
por ambas partes. En muchos casos tendemos a permanecer y apoyar la
relación abusiva debido a nuestra inversión en ella. Varios tipos de
inversiones nos mantienen en una relación inadecuada:
• Inversión emocional. Hemos invertido tantas emociones: hemos llorado
tanto, nos hemos preocupado tanto, que creemos que tenemos que seguir
hasta el final.
• Inversión social. ¡Tenemos nuestro orgullo! Para evitar la humillación
social y situaciones sociales desagradables continuamos con la
relación.
• Inversión familiar. Si hay niños en la relación, las decisiones
relacionadas con la relación se ven empañadas por la situación y
necesidades de los niños.
• Inversión económica. En muchos casos, la pareja controladora y abusiva
ha creado una situación financiera compleja. Muchas víctimas permanecen
en la mala relación esperando una mejoría económica que hiciese su
marcha más fácil.
• Inversión en el estilo de vida. Muchas parejas controladoras o
abusivas utilizan el dinero o estilo de vida como inversión. Las
víctimas en esta situación no quieren perder ese estilo de vida.
• Inversión de intimidad. A menudo invertimos intimidad emocional y
sexual. Algunas víctimas han vivido una destrucción de su autoestima
emocional o sexual en la relación malsana. La pareja abusiva puede
amenazar con extender rumores o contar detalles íntimos o secretos. Un
tipo de chantaje que utiliza la intimidad se encuentra a menudo en estas
situaciones.
En muchos casos, no son sólo nuestros sentimientos por una persona los
que nos mantienen en una mala relación, sino la cantidad de inversiones.
Las relaciones son complejas y a menudo vemos sólo la punta del
iceberg. Por este motivo, la frase más común que utiliza la víctima para
defender su relación es "tú no lo entiendes".
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Combinar dos situaciones malsanas
La combinación del síndrome de Estocolmo y la disonancia cognitiva da
lugar a una víctima que no sólo cree que la relación es aceptable sino
también que la necesita desesperadamente para su supervivencia.
La víctima piensa que se vendrá abajo psicológicamente si la relación
termina. En relaciones largas, la víctima ha invertido todo en ella.
Ahora la relación decide su nivel de autoestima, valía personal y salud
emocional.
Por las razones descritas, la víctima piensa que familiares y amigos son
una amenaza para la relación y , finalmente, para su salud personal y
su existencia. Cuanto más protesten los familiares y amigos por la
naturaleza abusiva de la relación, más desarrollará la víctima una
disonancia cognitiva y se pondrá a la defensiva. En este punto,
familiares y amigos se vuelven víctimas del individuo maltratador.
Es importante destacar que tanto el síndrome de Estocolmo como la
disonancia cognitiva se desarrollan de un modo involuntario. La víctima
no inventa esto a propósito. Ambos se desarrollan como un intento de
existir y sobrevivir en un ambiente amenazante y controlador. A pesar de
lo que podamos creer, nuestro ser querido no está en esa relación para
irritarnos, avergonzarnos o llevarnos a la bebida. Lo que puede haber
empezado como una relación normal, se ha convertido en una relación
abusiva. Están intentando sobrevivir. Su personalidad está desarrollando
los sentimientos y pensamientos necesarios para sobrevivir y disminuir
el ataque emocional y físico.
Todos nosotros hemos desarrollado actitudes y emociones que nos ayudan a
aceptar y sobrevivir en ciertas situaciones. Tenemos esas actitudes y
emociones acerca de nuestros trabajos, comunidad y otras áreas de la
vida. Cómo hemos visto a lo largo de la historia, cuanto más
disfuncional sea la situación, más disfuncional es nuestra adaptación a
ella para sobrevivir. La víctima se implica en un intento por sobrevivir
y hacer que la relación funcione. Una vez que llega a la conclusión de
que no funciona y no puede arreglarse, necesitará nuestro apoyo mientras
pacientemente esperamos que tome la decisión de volver a un estilo de
vida sano y positivo.
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Familiares y amigos de la víctima
Cuando la familia se encuentra con un ser querido envuelto en una
relación con una persona abusiva, la situación se vuelve emocionalmente
dolorosa y socialmente difícil para la familia.
Probablemente la víctima ha tenido que elegir entre la relación o la
familia. Esta elección es más difícil debido al control e intimidación
que se encuentra a menudo presente en una relación de este tipo.
Sabiendo que elegir la familia puede tener graves consecuencias
personales y sociales, la familia siempre queda en segundo lugar. Ten en
cuenta que la víctima sabe en su interior que la familia siempre la
querrá y aceptará su regreso cuando suceda.
Recuerda que cuanto más presiones a la víctima del abusador, más
probarás su punto de vista. Le dirá que su familia está tratando de
arruinar su maravillosa relación. Utilizará la presión en forma de
contacto, comentarios y comunicaciones, como una evidencia contra ti.
Una invitación a una fiesta se encuentra con un: "!Ya lo verás! Sólo
quieren que vuelvas con ellos, así que pueden decirte cosas
desagradables de mí".
Tus contactos con tu ser querido pueden ser recibidos con rabia y
resentimiento. Esto es debido a que cada contacto puede hacer que el
abusador le ataque verbal o emocionalmente. Imagina que te dan un sermón
de cuatro horas cada vez que te llama tu tía Gladys. Al final, te
enfadarás cada vez que llame, sabiendo lo que el contacto originará en
tu casa. Cuanto más larga la llama, más largo el sermón. Así pues,
cuando llame tu tía querrás librarte de la llamada lo antes posible.
Insistir demasiado produce más presión. Es mejor establecer citas
predecibles y acordadas cuando la víctima esté fuera de la casa. Llamar
cada miércoles por la tarde, sólo para ver cómo van las cosas es menos
amenazante que llamadas al azar durante la semana. Las llamadas al azar
suelen verse como controladoras. Si te encuentras con un contestador
deja un mensaje amable y cariñoso. Nunca discutas sobre la relación (el
abusador puede estar escuchando) a no ser que la víctima saque el tema.
El objetivo de estas llamadas concertadas es mantener el contacto,
recordarle que estarás siempre ahí para ayudar y recordar al controlador
tranquilamente que la familiar está cerca y no ha desaparecido.
Intenta mantener contactos tradicionales y especiales con tu ser querido
(fiestas, ocasiones especiales, etc.). Haz los contactos breves, sin
comentarios que puedan ser utilizados como evidencias. Los contactos
hechos en fechas tradicionales (fiestas, cumpleaños, aniversarios, etc.)
no resultan tan amenazantes para el abusador. Los contactos que
proporcionan información pero no hacen preguntas tampoco resultan
amenazantes. Un ejemplo puede ser una simple tarjeta que dice. "Es solo
para que sepas que tu hermano consiguió un nuevo trabajo esta semana.
Podrás verlo en un Wal-Mart cualquier día de estos, con cariño, tus
padres". Esto permite a la víctima saber que su familia está ahí por si
los necesita. Además, reducen las discusiones o estallidos del abusador
debido a que los contactos se hacen de un modo tradicional y esperado.
Es difícil enfadarse por el nuevo trabajo del hermano sin parecer
ridículo. Tampoco inventes fiestas ni envíes una nota recordando que es
el cumpleaños de Sigmund Freud. Eso sería sospechoso, incluso en mi
familia.
Recuerda que hay muchos canales de comunicación. Es importante que
mantengamos un canal abierto si es posible. Estos canales incluyen
llamadas telefónicas, cartas, tarjetas y e-mail. Si es posible, puede
ser útil concertar una cita para salir o ir de compras una vez al mes.
Recuerda que el objetivo es el contacto, no hacer presión.
No pienses que el comportamiento de la víctima está en contra de la
familia o amistades. Puede ser un modo de sobrevivir o de disminuir el
estrés. Las víctimas pueden oponer mucha resistencia, enfadarse o
volverse hostiles debido a la complejidad de su relación con el
abusador. Pueden maldecir, amenazar o acusar a sus seres queridos y
amigos. Esta reacción hostil defensiva es en realidad un mecanismo de
autoprotección (un intento de evitar problemas).
Las víctimas necesitan saber que no serán rechazadas debido a su
conducta. Ten en cuenta que son dolorosamente conscientes de su
situación. Saben que están siendo maltratadas o controladas por su
pareja. Recordarles esto con frecuencia sólo hará que quieran verte
menos. Solemos evitar a las personas que nos recuerdan cosas o
situaciones que son emocionalmente dolorosas.
Las víctimas pueden abrir lentamente una puerta y proporcionar
información acerca de su relación o insinuar que están pensando en
marcharse. Cuando esa puerta se abra, ¡no irrumpas dentro con el cuerpo
de Marines tras de ti! Escucha y ofrece apoyo, como "Sabes que tu
familia te apoyará en cualquier decisión que tomes en cualquier
momento". Pueden estar explorando que apoyo hay disponible, pero pueden
no estar preparadas todavía para hacerlo. Muchas víctimas utilizan un
"plan de salida" que puede llevar meses o incluso años completar. En
este punto pueden estar sólo reuniendo información.
Cada situación es diferente. La familia puede necesitar buscar
asesoramiento en su comunidad. Una consulta con un profesional de la
salud mental o abogado puede ser útil si la situación se vuelve
legalmente complicada o si existe un peligro significativo de daño.
Como parientes o amigos de una persona envuelta en una relación abusiva,
nuestra reacción normal es actuar de manera intensa. Nos enfadamos,
resentimos o volvemos agresivos a veces. Nuestra mente se llena de una
gran variedad de planes que van desde el rescate o secuestro hasta
emboscar al abusador con un bate. Pero cualquier agresión contra el
abusador dará lugar a dificultades adicionales para la víctima. Intenta
mantener la calma y espera una oportunidad para mostrar tu amor y apoyo
cuando lo necesite.
En algunos casos, como en adolescentes o adultos jóvenes, la familia
puede proporcionar algún apoyo financiero o de otro tipo. Cuando
recibimos respuestas airadas a nuestras llamadas de teléfono, nuestra
rabia y resentimiento nos dice que dejemos de ayudarle. He escuchado:
"Si ella sigue saliendo con ese imbécil, no será en un coche que estoy
pagando yo" y "Si prefiere a esa mujer antes que a su familia, ya puede
salir de la universidad y ponerse a vender hamburguesas". Retirar la
ayuda financiera sólo hace que sea más dependiente del abusador.
Recuerda que si nos mostramos agresivos mediante amenazas, retirando la
ayuda o presionando, nosotros nos convertimos en la amenaza, no el
abusador/controlador. Por desgracia, cuanto más dura sea su experiencia,
más intenso será su vínculo.
Si un ser querido mantiene una relación con un abusador, es difícil
determinar el resultado a largo plazo. Si la relación se encuentra en la
fase inicial, pueden terminar la relación por sí mismos. Si la relación
ha continuado durante un año aproximadamente, pueden necesitar ayuda y
un plan de salida antes de terminar la relación. El matrimonio y los
hijos dificultan su salida de la situación. Cuando la víctima decide
terminar la relación, es importante que vea a sus seres queridos como
fuentes de apoyo, no como fuentes de presión, culpa o agresión.
Autor: Joseph M. Carver, psicólogo www.mental-health-matters.com
Pdata.: merece la pena leerlo, y que importante es darse cuenta con
consciencia y comprensión de este síndrome, en el maltrato a la pareja,
sea fisico o psicologico.
Juanca López. Juancaahm@gmail.com
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