martes, 30 de mayo de 2017



Energía.

La parte más pequeña del átomo es energía. El átomo es energía. Las moléculas son energía. Nuestras células son energía. Somos energía. El universo es energía. Todo es energía. Todo es vibración. Todo vibra de determinada manera, en determinada secuencia, para darle una forma tridimensional. La tercera dimensión. La que percibimos a través de los cinco sentidos.
¿Y lo que no percibimos? ¿Lo que se encuentra entre un cuerpo tridimensional, denso (por la densidad, porque ocupa un espacio físico), y otro cuerpo?.
También. Es la energía, la vibración que no percibimos.
El universo entero con nosotros incluidos,  nos comunicamos a través de vibraciones, que provocan determinada energía. Ondas.  Vibración. Energía.
Y refiriéndonos al cuerpo humano. Nacemos siendo seres completamente emocionales.
Somos emoción. Somos energía vital, constructiva e intuitiva. Luego, a medida que vamos desarrollando y creciendo vamos incorporando el concepto racional, miramos, tenemos el reflejo del otro y aprendemos.
Hasta los doce años se realiza este aprendizaje.
Entonces, somos seres emocionales y luego adquirimos por aprendizaje la racionalidad.
¿Pero como incorporamos el concepto de energía?. Simple, nuestras células, todas vibran y forman un campo electromagnético. Y fluye en nuestro organismo por los líquidos. Somos un 70% de agua.
Esto provoca una determinada vibración en nosotros.
Ahora incorporamos los chakras. Según los conocimientos orientales, tenemos siete chakras principales.



Cada chakra corresponde a determinada parte de nuestro organismo. Son vórtices energéticos en forma de cono que van desde el centro de nuestra médula/columna vertebral y se van abriendo hacia afuera. El primero y el último tienen un a sola entrada/salida, el centro de la coronilla Chakra Corona (7) y el punto medio entre los genitales y el ano, Chakra Base (1). Los otros cinco tienen entrada/salida por delante y por detrás. El 2, Sacro, se encuentra aun a palma bajo el ombligo. El 3, El Plexo, se encuentra a una palma sobre el ombligo. El 4, El Cardíaco, se encuentra en el medio del pecho. El 5, El Laríngeo, se encuentra en la base de la garganta. El 6, El Tercer Ojo, se encuentra entre el entrecejo. Cada uno tiene una función específica por los órganos/glándulas que tiene a su alrededor.
Bien. Entonces, ¿ Donde nos encontramos con el espíritu?. ¿Con el alma?
Desde la concepción del Todo, de Dios, Diosa, Universo. La creación. Nuestra vida se genera a partir de una semilla divina. Simiente divina. El hálito Divino. Desde esta concepción, esta semilla divina, Mónada, etc., que es una parte del Todo, tenemos la concepción de integración y comunicación con el Todo. El todo forma parte de nosotros y nosotros formamos parte del todo, en consecuencia, dentro nuestro tenemos la información del universo, el Akasha, el registro de la creación y todos sus recuerdos.
Es nuestro SER. El lugar dentro de nosotros  donde encontramos LA PAZ, LA DICHA, EL AMOR.
Y físicamente, ¿Dónde ubicamos nuestra partícula, simiente Divina? Dos dedos bajo el Plexo Solar, justo el medio de nuestro cuerpo, según algunos, y según otros en donde se encuentra la Glándula del Timo.
Hay muchas maneras, técnicas para realizar de manera conciente el contacto con nuestro SER. Una de ellas es la meditación, la oración, los mantras, el alineamiento de los chakras.
Por medio de la respiración, nos podemos contactar con nuestro SER, con nuestro “medio”, con nuestro “eje”.
Por medio de la alineación con los chakras lo que se va realizando de manera conciente la limpieza y armonización de los chakras. Partimos desde el Plexo hacia arriba, hasta el corona y luego hacia abajo, hasta el Base. Este el Primer tubo de luz. Luego lo vamos ampliando hacia fuera por nuestro chakras extra corpóreos, pero que están dentro de nuestro campo aúrico.
¿Que es el Aura?
En términos básicos, el aura es una energía luminosa o campo electromagnético que rodea en forma de óvalo a todos los seres vivos y que es imperceptible a plena vista. Es la combinación del cuerpo etéreo, emocional y físico, al igual que de la información de nuestras almas. El aura está ligada a los chakras.
Todos nuestros pensamientos, sentimientos, y experiencias están reflejadas en el aura, al igual que energía que atraemos de nuestro entorno. En este sentido, el alma refleja nuestra energía y atrae energía de otros cuerpos y ambientes.
Al igual que todo lo demás en el universo, el aura es vibración y como tal, responde a otras vibraciones. De esta manera, vibraciones en forma de pensamiento, sentimiento o interacción con otras energías (en el espacio o de otras personas), afectan y moldean la vibración del aura.
Los objetos inanimados tienen también una energía que las rodea. Típicamente, estas auras son la combinación del entorno y de las energías de las personas que han estado en contacto con dicho objeto.
El aura no es estático. Cambia con el tiempo, con nuestra evolución personal y espiritual, y con el entorno. También podemos cambiarle con nuestra intención y con ejercicios de visualización y rituales de purificación.
Parte de lo que refleja nuestra aura es el reflejo de nuestro cuerpo físico que emite energía también. Nuestras emociones, también emiten energía, nuestra mente también emite energía, nuestro SER también emite energía.

Campos Áuricos:                            Tubo de Luz:                             Campo o Huevo Áurico:          





                            


  


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